La dieta cetogénica dio inicio en los años 20. Principalmente se utilizo para los pacientes que sufrían de ataques epilépticos, pero tiempo después las personas se dieron cuenta que también podía ayudar en los objetivos de pérdida de peso de forma rápida.
Está basada en la disminución total de los carbohidratos y un aumento de grasas. Los macronutrientes se reparten de la siguiente manera: 70% grasas, 20% proteínas y 10% carbohidratos.
Todos los alimentos que aporten hidratos de carbono como: arroz, pasta, pan, leche, postres, azúcar, avena, granos, frutas y vegetales; quedan restringidos de la alimentación.
Los alimentos adecuados para esta dieta son: carnes, oleaginosas, aceites vegetales, pescados, quesos, cremas, nueces, yogurt, entre otros.
Esta dieta es trabajar con las grasas del cuerpo como forma de energía, ya que al no suministrar carbohidratos que generan glucosa el cuerpo empieza a producir cetonas para obtener energía.